
En uno de mis encuentros de educación financiera, le expuse a una familia los beneficios del interés compuesto, los seguros de vida y los nuevos sistemas de ahorro.
Días después cuando en el banco comentaron el nuevo destino que le darían a su dinero, a sus ahorros, que -valga decirlo- no recibian buen interés en ese banco, el funcionario les dijo para resumirles: «De eso tan bueno, no dan tanto».
La falta de ética del funcionario bancario era evidente.
No quería que esta familia ganara más intereses con su dinero escuchando otras alternativas de inversión mejores a las que los bancos ofrecen. Entonces fue más lejos, decidió asustarlos. En este episodio les cuento la historia.